lunes, 19 de enero de 2009

Arena descalza.


Sin una piedra donde apoyar mi cabeza, ni donde tocar viento,
ni libertad de angustia, ni sombras;
soy un bosquejo en la orilla de este mar infinito
que me trae un ruido de grandes luchas
-epopeyas acuáticas-
que se llevan el asombro de mis ojos,
la mueca idiota de mi cara,
el TIC-tac molesto y perfecto
que acompaña la danza de mil gotas y arenas
que barren imperios y porquería;
donde el monarca mea la lluvia de ácido
que mata aguas vivas con Nelson
-el más puto de todos-

Yo? nada, como siempre,
con la cabeza gacha y la nuca hirviendo sueños
admitiendo tempestades, repartiendo folletos de
culos y conchas
a nadie,
masturbando la mañana como hacen los
lobos con cada una de las botellas de plástico

que cada estúpido les tira,

como agregando una idea brillante
a este panorama hostil, de carne cruda
y guerra de sol contra nube,
trotando en el viento,

sin un trapo que ponerme,
sin un músculo que me disfrace,
sin tu cuerpo que me abrase, para sentir
ese amor absurdo,
de espalda y tribal,
esa puta barbarie que nos arruina,
pero nos quita el gancho punzante del cuello,
para volver a ser arena de mierda pisada por tontos
que ensucia y quema, sin matar.

Y enfermo, rompolaspelotas, y amo
como un forro pinchado,
y quiero ser sordo, ciego
–un tarado-
para creer ser lomás en Zamora,
pero soy un títere que inventó
un dios cagando en la arena y asi
me levanto y muerdo un pie y muerdo
lo que sea y muerdo…
mordiendo agua
y sal.


...

No hay comentarios:

Publicar un comentario