lunes, 19 de enero de 2009

Mucha suerte amiguito...


Allí estás amiguito,
con las manos vendadas de mugre,
lavadas en fuentones de
agua negra,
secadas al fuego de enero.
Caminando con dos ruedas laterales
equilibrando así
el peso de la nostalgia.
Acelerando a todo ritmo
el paso del tiempo
con las llantas lisas,
como la arena en una botella.
Siempre al tanto de las noticias
tristes,
conociéndolas antes que el canillita,
con sueños de muertes y escolazos,
de plásticos crueles y metales blandos.
Caminando
por amores-amargos y calles fabriles,
andabas - digo -
porque ya no,
buscando historias liquidas
de bares y estaciones,
de mates y cervezas,
de radios y tribunas.
Hasta que no te vi más, amiguito,
por estos lados.
Donde fuiste a dar?
con tu cumbia colombiana
y tu camisa desabrochada?
Dale decime, no seas así.
Olvidaste tu pelota imaginaria
y un millón de personajes
que ríen y lloran a la vez,
no sé por qué será.

Es tan raro que no estés aquí,
amiguito…
ni en el asado de fin de año
o en centro de la mesa
contando historias
con el puto cigarro de costado,
hablando, gritando, cantando,
jugando, saltando,
bailando,
riendo, conquistando, mintiendo,
llorando, maldiciendo,
puteando,
viviendo, durmiendo, soñando,
tosiendo, escupiendo,
muriendo…

Te acordas de mi?
Este pendejo que te escribe,
por casualidad, ahora
no es como pensabas que iba a ser.
Años atrás lo sacudían
estocadas medicinales,
moretones en las rodillas
y lo sorprendían
gotas de sangre en la tasa.
Pero sabes qué?
Este pendejo creció y te vió,
te vio entrar y salir
de entre almohadones pesados
y clinicas del Estado,
de entre prisiones oscuras y
blancas,
de entre cañaverales y pozos ciegos,
de ruidos silenciosos
y cuentos sin finales.
Y reí y lloré con vos,
amiguito.
Te acordás?
Como que no,
atorrante!!!

También escuchamos juntos,
por mucho tiempo
lo escuchamos,
ese latir de corazones de piel
oscura,
de patas-sucias sobre una vereda
rota,
en ese barrio atado
del oeste,
de calles angostas manchadas
con grasa indeleble,
y voces oscuras
trepadas
al poste en la esquina
junto a las zapatillas de lona
colgadas en los cables.
Y caminamos
días y noches
en medio del olor a papel húmedo
quemado,
mirando la ropa vieja secada en la noche,
sintiendo la sirena, a lo lejos,
allí afuera,
como poniéndole música
a lo más hostil,
a lo mas oscuro.
Pero ya no estás aquí,
querido amiguito,
con el shorsito de fulbo,
en ojotas,
haciendo jueguito con vos mismo
entre el humo
y tu sombra.


...

1 comentario:

  1. ya no esta... pero siempre que lo recuerden... su paso por esta tierra de mier no fue en vano... porque ilumino a unos cuantos.. y ahora todo se ve mas oscuro... pero su luz sigue en sus corazones... mira hacia adentro y alli lo veras... saludandote como siempre...

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